La primavera es una estación inestable, con cambios ambientales que pueden afectar a nuestra piel. Días de mucho calor, bajadas bruscas de temperatura, brisas, vientos fuertes, lluvias…
Nuestra piel percibe estas variaciones y se tiene que adaptar a ellas. en @helenicospa te explicamos cómo cuidar y proteger tu piel en primavera.
¿Qué le ocurre a nuestra piel en primavera?
En primavera, los niveles de temperatura y humedad ambientales son muy variables y nuestra piel reacciona a estos cambios para recuperar su situación de equilibrio.
Lo cierto es que lo que más estresa a nuestra piel son los cambios ambientales bruscos, propios de los períodos de transición entre estaciones. En cada cambio de estación, nuestra piel debe volver a adaptarse al nuevo entorno.
La primavera suele ser una estación más húmeda que el invierno. Por esta razón, los niveles de hidratación de la piel aumentan y mejora el estado de la barrera cutánea.
Por otra parte, el calor hace que aumenten las secreciones sebáceas. La piel se puede percibir más grasa y los poros más dilatados.
Además, la mayor cantidad de alérgenos que circulan en el ambiente pueden afectar a las pieles más sensibles. En la primavera, aparecen más episodios de dermatitis y alergias cutáneas.
Al aumentar la temperatura en el ambiente, empezamos a descubrir nuestra piel, que ha estado tapada durante el invierno.
En estas primeras exposiciones, la piel es más sensible al sol y se pueden producir las primeras quemaduras. Las dermatitis foto-inducidas, es decir, las provocadas por la luz, como la Erupción Polimorfo Lumínica EPL, aparecen en primavera.
Te esperamos en @helenicospa, estamos para asesorarte y cuidarte. Feliz PRIMAVERA
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